EN LA NOCHE, MÍRANOS,
DANOS TU MANO, SEÑOR.
EN LA NOCHE, MÍRANOS,
DANOS TU MANO, SEÑOR.
1. Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz, que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
2. Haz que mi pie vaya ligero.
Da de tu pan y de tu vaso
al que te sigue paso a paso
por lo más duro del sendero.
3. Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.
4. Guarda mi fe del enemigo.
¡Tantos me dicen que estás muerto!
Tú que conoces el desierto,
dame tu mano y ven conmigo.