¡LUZ QUE TE ENTREGAS!,
¡LUZ QUE TE NIEGAS!,
A TU BUSCA VA EL PUEBLO DE NOCHE:
ILUMINA SU SENDA.
1. Dios de la luz, presencia ardiente
sin meridiano ni frontera,
haces la noche mediodía,
ciegas al sol con tu derecha.
2. Cerró la noche sobre Egipto
como cilicio de tinieblas;
para tu pueblo amanecías
bajo los techos de las tiendas.
3. Eres la Luz, pero en tu rayo
lanzas el día o la tiniebla,
ciegas los ojos del soberbio,
curas al pobre su ceguera.
4. Cristo Señor, gloria del Padre,
luz de luz, alfa y omega,
guarda la luz de tu Palabra,
viva en el mundo hasta que vuelvas.
5. Cristo Jesús, tú que trajiste
fuego a la entraña de la tierra,
guarda encendida nuestra lámpara
hasta la aurora de tu vuelta.