1. Teresa sueña de niña
“palomarcicos” en danza
y vuelan, como palomas
los suspiros de su alma.
A su Palomar, de adobe,
Gotarrendura engalana,
lanzando al aire poesías
en colores de esmeralda.
TERESA, MADRE TERESA,
TÚ, PARA TODOS, LA SANTA,
TU AMOR A GOTARRENDURA,
LO SENTÍAS EN EL ALMA.
TERESA, NUESTRA TERESA,
TÚ, PARA TODOS LA SANTA,
TU AMOR Y GOTARRENDURA,
EN EL PALOMAR SE ABRAZAN.
2. La nieve cae en invierno,
y, en las noches estrelladas,
al Palomar le despierta
un silencio de campanas.
Yo sigo viendo en mi sueño
una paloma muy blanca
que anida en Gotarrendura:
es Teresa, que me habla.