1. Me llamaste un día, Señor,
escuché al alba tu voz,
la barca en la playa me esperaba.
Te acercaste a mi soledad,
me animaste a remar más allá
y Tú soñabas y me esperabas.
Y empecé a despertar
y empecé a caminar,
junto a Ti descubrí mi hogar;
me ofreciste tu amistad.
Me enseñaste a rezar,
aprendí a perdonar,
me acogiste en tu altar,
consagraste mi amistad.
Sacerdote serás para siempre,
sacerdote serás por mis gentes.
GRACIAS, GRACIAS SEÑOR
POR ESTE SACERDOCIO.
GRACIAS SEÑOR JESÚS.
2. Me invitaste a subir a la Cruz,
me invitaste a ser sal y luz,
a ser tu apóstol, tu misionero.
Y lloré de emoción
y hablé de tu amor,
de justicia y de perdón,
de tu reino y salvación.
Sacerdote serás para siempre,
sacerdote serás por mis gentes.
[ESTRIBILLO: GRACIAS…]
3. En las luchas me acuerdo de ti,
en el día yo vivo por ti
y Tú me amas, yo te doy gracias.
Porque eres mi Dios,
porque eres mi amor,
mi esperanza y mi Pastor,
me elegiste, oh Señor.
Sacerdote serás para siempre,
sacerdote serás por mis gentes.
GRACIAS, GRACIAS SEÑOR
POR ESTE SACERDOCIO.
GRACIAS SEÑOR,
POR ESTE SACRAMENTO.