1. Fijaron sus ojos en Cristo
y ya no volvieron atrás.
Sabían de quien se fiaban
Y esa razón pudo más.
Llevaban los ojos vendados
atados de manos y pies.
Pero el corazón palpitando
henchido de amor y de fe.
COMO LOS MÁRTIRES,
NUESTROS HERMANOS
DE TIERRA HISPANA,
QUEREMOS SER:
DAR NUESTRAS VIDAS
UNIR LAS MANOS
Y PREPARARNOS
PARA UN NUEVO AMANECER.
2. Si hoy nuestros pasos vacilan,
si hoy se nos cansa la fe.
Debemos fijar nuestros ojos
en Cristo y con fuerza creer.
Quitar de los ojos las vendas
librar nuestras manos y pies.
Y con corazón bien dispuesto
seguir como ellos tras Él.