1. Oh Dios, Tú eres mi Dios, por Ti madrugo
mi alma está sedienta de Ti;
mi carne tiene ansia de Ti,
como tierra reseca sin agua.
2. Al contemplarte en el santuario,
vi tu majestad y tu poder;
tu gracia vale más que la vida,
mis labios te alabarán.
3. Te alabaré toda mi vida,
mis manos hacia Ti levantaré,
mi alma se sacia de tu gracia,
con júbilo te alabaré.
4. De día y de noche pienso en Ti,
Señor, Tú has sido mi auxilio;
a la sombra de tus alas yo canto,
mi alma está unida a Ti.