1. Este es el tiempo en que llegas,
esposo, tan de repente
que invitas a los que velan
y olvidas a los que duermen.
2. Salen cantando al encuentro
doncellas con ramos verdes
y lámparas que guardaron
copioso y claro el aceite.
3. Cómo golpean las necias
las puertas de tu banquete
y cómo lloran a oscuras
los ojos que no han de verte.
4. Mira que estamos alerta,
esposo, por si vinieres
y está el corazón velando
mientras los ojos duermen.
5. Danos un puesto a tu mesa,
Amor, que a la noche vienes,
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre.
Amén.