1. Tiembla la tierra y llora,
ha muerto el Redentor;
junto a la cruz, Señora,
mueres en tu dolor.
Hondo penar fecundo,
grande como el amor;
todo el dolor del mundo
llora en tu corazón.
2. Si la semilla muere,
nace una nueva flor;
vuestro dolor florece,
Madre, en la Redención.
Sobre tu alma herida
brota la flor mejor;
muerte que da la vida
en la Resurrección.
3. Ya no te quedas sola,
sola junto a la cruz;
somos también ahora
hijos como Jesús.
Ya no te quedas sola,
sola junto a la cruz;
Madre, corredentora,
hoy nos has dado a luz.