NO TEMAS,
QUE TE HE REDIMIDO;
TE LLAMO POR TU NOMBRE,
TÚ ERES MÍO.
NO TEMAS,
QUE TE HE REDIMIDO;
TE LLAMO POR TU NOMBRE,
TÚ ERES MÍO.
Cuando cruces las aguas,
yo estaré contigo,
la corriente no te anegará;
Cuando pases por el fuego no te quemarás,
la llama no te abrasará;
porque Yo, el Señor, soy tu Dios,
el Santo de Israel es tu Salvador.