HABLA SEÑOR, HABLA SEÑOR,
QUE TU SIERVO ESTÁ A LA ESCUCHA,
HABLA SEÑOR, HABLA SEÑOR.
1. Como la lluvia no vuelve a Mí vacía
sin fecundar la tierra, así será mi Palabra.
2. Es tu Palabra como fuego ardiente
que siento dentro de mí, que purifica y crea.
3. Como el pequeño Samuel oyó su nombre
y en el silencio respondió: “aquí estoy mi Señor”.