Ante nuestro Salvador
sois un santo muy válido.
Socorred, Joaquín querido,
a quien os pide favor.
De reyes, sangre y nobleza,
Nazaret os concedió,
que el Verbo Divino unió
a su infinita grandeza.
¡Oh, qué admirable fineza!,
para vos sublime honor.
Socorred, Joaquín querido,
a quien os pide favor.