PUES VUESTROS SANTOS FAVORES
DE QUIÉN SOIS DAN TESTIMONIO:
HUMILDE Y DIVINO ANTONIO,
ROGAD POR LOS PECADORES,
ROGAD POR LOS PECADORES
1. Vuestra palabra divina
forzó a los peces del mar,
que salieron a escuchar
vuestro sermón y doctrina.
Y pues fue tan peregrina
que extirpó diez mil errore,
que extirpó diez mil errore.
HUMILDE Y DIVINO ANTONIO,
ROGAD POR LOS PECADORES,
ROGAD POR LOS PECADORES
2. Vos sois de la tempestad
el amparo milagroso,
del incendio riguroso
agua de la caridad,
puerto de seguridad
del mar y de sus rigores,
del mar y de sus rigores.
3. Sanáis mudos y tullidos,
paralíticos, leprosos,
a endemoniados furiosos
restituís los sentidos.
Volvéis los bienes perdidos
y curáis tos los dolores,
y curáis tos los dolores.
4. De tres días ahogados
resucitasteis diez niños,
y dos, cual bellos armiños
de sucesos desastrados,
porque sus padres amados
lloraban por sus amores,
lloraban por sus amores.
5. De una que ya no creía
que la perdonase Dios,
tomasteis vos sobre vos
la pena que merecía,
y al tomarla, el mismo día,
le hizo Dios dos mil favores,
le hizo Dios dos mil favores.