ESCUCHA, TÚ, LA PALABRA DE DIOS
NO SÓLO CON TUS OÍDOS
TAMBIÉN CON TU CORAZÓN.
ESCUCHA, TÚ, LA PALABRA DE DIOS
Y ESTATE SIEMPRE ATENTO A SU VOZ.
1. Déjala entrar dentro de tu corazón,
pásala a tu mente y a tu situación,
vívela, vívela en tu realidad;
haz que por tu vida
llegue a los demás.
2. Si tus manos son
instrumento de amor,
da tu pan al pobre, préstale tu voz,
ama a Dios, ama a Dios,
con tu caridad;
oye su Palabra con sinceridad.