1. Señor, tú eres mi refugio, mi roca viva eres tú.
En mis angustias yo te invoco y me circundas con tu luz.
En el peligro no hay temor: me ayuda siempre mi Señor.
2. Y si las fuerzas me abandonan y es fuerte en mí la tentación;
cuando tu amor me exige mucho, cuando he perdido la ilusión,
tu Santo Espíritu me das y puedo amarte más y más.
3. Al Padre eterno honor y gloria y a Jesucristo, el Señor.
Gloria al Espíritu de Vida que nos inunda con su amor.
Resuene alegre nuestra voz. Cantemos juntos al Señor.