SI VIVIMOS, VIVIMOS PARA DIOS;
SI MORIMOS, MORIMOS PARA DIOS;
EN LA VIDA Y EN LA MUERTE
SOMOS DE DIOS.
1. Nuestras vidas son del señor,
en sus manos descansarán,
el que cree y vive en él
no morirá.
2. Con Cristo moriré, con Cristo viviré,
llevando en el cuerpo la muerte del señor,
llevando en el alma la vida del señor.