YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA,
QUIEN CREE EN MÍ, AUNQUE HAYA MUERTO, VIVIRÁ,
Y TODO EL QUE VIVE Y CREE EN MÍ
NO MORIRÁ ETERNAMENTE.
1. Bendito sea el Señor Dios de Israel
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
2. Suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos Profetas.
3. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de mano de todos los que nos odian.
4. Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.
5. Para darnos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
6. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
7. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto
para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
8. Concédele, Señor, el descanso eterno,
y brille para él la luz eterna.