1. Desde el fondo de los siglos
va elevándose un clamor,
como un grito de esperanza
ansiando un Redentor.
Desde el fondo de los siglos
busca el hombre un salvador.
Mira al cielo y a la tierra,
pide un libertador.
NUESTRO HERMANO, JESUCRISTO,
ES NUESTRO SALVADOR.
DIOS SE ACERCA, SE HACE HOMBRE
Y EL HOMBRE SE HACE DIOS.
2. ¡Libertad! estoy pidiendo,
¡Libertad! es mi clamor,
grito a todos que me dejen,
ronco llanto de dolor.
Pero siento que hay cadenas,
dentro de mi corazón.
Alejándome del cielo,
las he forjado yo.
3. Ya no miro a las estrellas,
busco en mí la inmensidad.
He querido ser más libre
siendo yo mi libertad.
Mil angustias me encadenan,
y un vacío de orfandad,
como un niño que al perderse,
llora su soledad.