CUANDO EL SEÑOR NOS LIBERÓ,
NOS PARECÍA SOÑAR,
APRENDIMOS A REÍR…
Y EMPEZAMOS A CANTAR:
¡QUÉ MARAVILLA, QUÉ MARAVILLA!
¡QUÉ MARAVILLA! ¡QUÉ MARAVILLAS!
HACE POR NOSOTROS NUESTRO DIOS.
1. Al ir íbamos llorando,
llevando la semilla.
Ahora volvemos cantando
con espigas y con frutos.
¡qué maravilla!
2. Cambiaste la tristeza
en danzas y alegría,
he dejado mi sayal
estoy vestido de fiesta.
¡qué maravilla!
3. Tú alegría es nuestra fuerza,
el temor está vencido,
creemos en el amor,
podemos llamarte Padre.
¡qué maravilla!