DALE, SEÑOR, EL DESCANSO ETERNO,
Y BRILLE SOBRE ÉL LA LUZ ETERNA
1. El Señor le abra las puertas del paraíso,
para que pueda volver a aquella patria
donde no hay muerte, sino paz y alegría sin fin.
2. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.