ENVÍA TU ESPÍRITU, SEÑOR
Y REPUEBLA LA FAZ DE LA TIERRA.
1. Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor,
la tierra está llena de tus criaturas.
2. Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
3. Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras,
que le sea agradable mi poema
y yo me alegraré con el Señor.