SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA
Y JUNTOS CAMINANDO PODREMOS ALCANZAR
OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA,
SIN PENAS NI TRISTEZAS, CIUDAD DE ETERNIDAD.
1. Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo
buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos
en busca de un destino,
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando
podremos alcanzar:
OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA,
SIN PENAS NI TRISTEZAS, CIUDAD DE ETERNIDAD.
2. Sufren los hombres, mis hermanos,
buscando entre las piedras
la parte de su pan.
Sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen
ni paz ni libertad.
Sufren los hombres, mis hermanos,
mas tú vienes con ellos
y en ti alcanzarán:
OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA,
SIN PENAS NI TRISTEZAS, CIUDAD DE ETERNIDAD.
3. Danos valor para la lucha,
valor en las tristezas,
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu palabra,
que guíe nuestros pasos
en este caminar.
Marcha, Señor, junto a nosotros,
pues sólo en tu presencia
podremos alcanzar:
OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA,
SIN PENAS NI TRISTEZAS, CIUDAD DE ETERNIDAD.
4. Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras
de tanta oscuridad.
Todos los cuerpos, desgastados,
ya sienten el cansancio
de tanto caminar.
Pero tenemos la esperanza
de que nuestras fatigas
al fin alcanzarán:
OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA,
SIN PENAS NI TRISTEZAS, CIUDAD DE ETERNIDAD.